
Quién soy
Soy Miguel Ángel, arquitecto malagueño y también tinerfeño. .
Terminé la carrera en 2018, por la Universidad de Málaga. Soy joven en la profesión, aunque llevo sintiéndome parte de ella desde que tenía 10 u 11 años.
Mi amor hacia los edificios, las ciudades, el paisaje, me han llevado hasta donde estoy. Quiero seguir trabajando la arquitectura desde ahí, y busco formar parte de un equipo con el que me sienta identificado, y que quiera mejorar el mundo y el estilo de vida de las personas desde el diseño y la construcción.
Trayectoria: La Universidad
Durante la Universidad destaqué desde el principio en las asignaturas más técnicas, se me dio bastante bien comprenderlo todo y aplicarlo. Debo reconocer que a priori las proyectuales se me atravesaron, pero proyecto tras proyecto, llegó un momento en que diseñar se convirtió en otro de mis fuertes, y me siento satisfecho y orgulloso de cada trabajo.
Mis compañeros me definían como resolutivo y técnico, y destacaban mi capacidad de llegar bien a todas las entregas.
Trayectoria: Experiencia laboral
Durante mi PFC trabajé en el estudio de arquitectura GG2, con Juan Gavilanes, del cual aprendí, sobre todo, lo que es plasmar la personalidad de tu arquitectura, y cómo cuestionar cada decisión proyectual desde el usuario, desde el ser humano y su percepción del mundo que lo rodea.
Tras obtener mi titulación, trabajé con Manuel Navarro. Esta experiencia ha sido más amplia en el tiempo, y de ella me llevo la capacidad de desenvolverme en cualquier tipo de encargo, y esa parte innegable que tiene la arquitectura, más allá del diseño y la técnica, como despacho, papeleo, legalidad, y producto para un cliente; me he hecho un gran manejador de las normativas después de este tiempo.
Finalmente he pasado el último año en Proygesa S.L., promotora inmobiliaria unida a la constructora Construser & Management S.L., en Tenerife, que ha sido el trabajo que mejor me ha representado. He proyectado y coordinado proyectos y obras de edificación de vivienda, he aportado mucho detalle y encanto a los edificios, en plano y en obra; y he ayudado fielmente a los clientes compradores de estas viviendas a hacer realidad sus deseos para su nuevo hogar mediante la arquitectura.
Autodidacta
La Universidad está bien enfocada, pero cuando entré en el ejercicio profesional, me cuestioné si de verdad un Título bastaba para atreverse a plantarle cara a un proyecto. Realmente hay competencias que van mucho más allá, que hasta que uno no se enfrenta al cliente real nunca se plantea.
Mi experiencia me ha hecho consciente de cuáles son mis carencias como arquitecto, y esas carencias son mi motivación. Me empeño en trabajarlas con perseverancia para ser mi mejor yo. Ser autodidacta es la clave, plantearse a uno mismo los retos que necesita para mejorar; me conozco mejor que ningún sistema educativo o curso. A día de hoy estoy mejorando mi manejo de las herramientas Cype, Revit, y sigo investigando sobre diseño, normativas, y métodos de ejecución de obra; además de practicar el idioma alemán.
Cómo pienso
“Da igual lo poco que vayan a pagar por esa casa. Si tú no quisieras vivir en ella, no la diseñes así”
Para mí es una pena ver que, en muchos proyectos en los que he trabajado, el objetivo final y último era conseguir un número desorbitado de viviendas en la parcela. Es un ejercicio necesario que como profesionales debemos darle al cliente, pero, ¿compraría yo la alguna de esas viviendas? Hablo de las superficies reducidas.
Los arquitectos debemos optimizar el espacio. Pero no es lo mismo optimizar el espacio, que racanearlo. Yo, como arquitecto, sueño con espacios de los que el usuario se pueda sentir orgulloso, que les devuelvan la ilusión en el día a día. La sensación de gloria que debe transmitir la arquitectura que creamos, está en los detalles.
Tener espacios de intimidad, espacios amplios que respiren, un lugar donde sentir el sol, el aire, un espacio por el que pasear relajados, o donde descansar mirando un paisaje que nos transmita algo, eso es la arquitectura para mí.
Y por supuesto, la arquitectura para mí es también cuidar del planeta, más en la época en la que estamos. Ahorro de energía, energías renovables, reciclaje; el arquitecto tiene mucho que decir ahí, y ojalá que todo usuario estuviera dispuesto a invertir en una arquitectura movida por ese tipo de principios.
Cómo trabajo
Me gusta asumir responsabilidades y hacer las tareas de forma meticulosa e impecable.
Centimetrar todo el trabajo, ubicar exactamente cada conducto, cada elemento estructural, y ser consciente del significado y la función de cada línea.
En mi jornada laboral, hago sólo las pausas necesarias para tomar algo de fruta, algo sólido, beber agua e ir al baño. No me parece profesional atender a llamadas o mensajes personales, sólo usaré el móvil para cuestiones de trabajo. Nunca he llegado tarde, y si lo he hecho me he quedado más tiempo después para recuperarlo.
Tampoco soy ningún obseso. Todos los trabajos se deben tomar con calma, porque para a mí la presión me resta productividad. No existe trabajo tan importante que justifique la falta de comida o de sueño, ni la pérdida de los nervios.